Éranse tres ciegos que se reunieron un día para examinar un elefante.
El primero tocó una pata del elefante y dijo: “El elefante es como una columna.”
El segundo palpó la trompa y dijo: “Este animal es como una manguera.”
El tercer ciego tanteó una oreja del elefante y dijo que era como un gran abanico.
A continuación se pusieron a discutir sobre ello.
Un hombre que pasaba por allí les preguntó cuál era el motivo de su disputa.
Ellos se lo explicaron y le rogaron que hiciera de juez en aquel asunto.
El hombre afirmó: “Ninguno de vosotros ha visto bien el elefante.
Si no teneis en cuenta la totalidad, no podeis asir la verdad.”
Anónimo.
Extraído de Elephants in the dark, Thomas Clements, 1998.